Se dieron a conocer datos oficiales sobre la evolución de la cantidad de personas privadas de su libertad en la provincia de Santa Fe. Según un informe, en 2022 había 9.350 personas alojadas dentro del servicio penitenciario y de comisarias, mientras que en 2012 eran 4.458.
La provincia de Santa Fe registró en 2022 la tasa de encarcelamiento más alta desde que se toman registros en 2008. A fines del año pasado había 9.350 personas alojadas dentro del servicio penitenciario y de comisarías de toda la provincia de Santa Fe. Sin embargo, la capacidad de las cárceles santafesinas es de 6.300 personas.
En una entrevista durante el programa “Pasan cosas”, la defensora Pública de la provincia, Jaquelina Balangione, admitió que “las cárceles están sobrepobladas, y que si bien el que se conoció es un número dinámico, por las personas que entran y salen, la tendencia es ascendente”.
Sólo en el sistema penitenciario santafesino están alojados 8.524 presos y la capacidad es de 6.300. En este sentido, la funcionaria indicó que la superpoblación es totalmente preocupante sobre todo por el fin que tienen las cárceles según la ley y lo que la sociedad necesita. "Las personas tendrían que salir mejor de lo que entran y deberían poder resocializar. Esto es imposible en estas condiciones”, indicó.
Balangione sostuvo que la mayoría de las personas que entran son muy jóvenes –tienen entre 18 y 30 años- y lo hacen por robo o delitos menores. “Al mezclarse con otros que cometieron delitos más graves, y debido a la falta de lugar, se genera un caos interno porque no alcanza la comida, porque es difícil el control del lugar y el consumo de drogas, entre otras cuestiones. Y esto hace que hace estos internos se vinculen entre sí”, advirtió.
Consultada sobre las causas de esta superpoblación, expresó que se debe, por un lado, al aumento del delito y los hechos de inseguridad. “Es un registro palpable de la ciudadanía”, indicó. Y, por otro lado, al cambio que hubo en el sistema penal.
“Hoy hay un sistema más dinámico y más procedimientos abreviados. La respuesta penal es más rápida. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que iba a haber un salto en la población penitenciaria y no se previó la construcción de cárceles”.
Por último, Balangione opinó que para los delitos menores, la respuesta del sistema debería ser de tipo restaurativa y socioeducativa desde el encierro, porque están cumpliendo una pena. “Pero si tenés una cárcel depósito, es imposible”.
Fuente: Aire de Santa Fe